P o e s í a . E s c u l t ó r i c a
Las esculturas, a mi parecer, aportan poesía a las ciudades. No importa cuán bonito o feo sea el espacio que se transita, se vuelve mucho más interesante con la presencia de arte.
El año pasado dicté clases en una universidad en el centro de Santiago, por la calle República. Allí hay una fuente que me encanta.
Personas en círculo observan el agua que cae sin molestarse por el ruido del tráfico, los mercaderes ni los estudiantes que indiferentes pasan por su lado.
El entorno está lleno de ruido visual. Una pena para una pieza tan bonita.
En todas las veces que pasé por allí, ni una vi a algún peatón prestarle atención. Que triste es andar por la vida sin mirar. Se pierde lo bonito de cada rincón y la oportunidad de sentirse de viaje en nuestra propia ciudad.
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